Fimosis: significado, síntomas y tratamientos

La fimosis del pene es una afección médica caracterizada por un estrechamiento del prepucio, la piel que cubre el glande del pene, que puede causar dificultad o incapacidad para descubrir el glande. Este trastorno puede manifestarse de diversas formas y niveles de gravedad, afectando a la vida sexual y al bienestar general de las personas afectadas.

A continuación, veremos en detalle qué es la fimosis, analizando su significado anatómico, síntomas asociados y las diferentes opciones de tratamiento disponibles.

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¿Qué es la fimosis?

El término «fimosis» se refiere a una condición médica en la que es difícil o imposible descubrir el glande del pene, debido a un estrechamiento del prepucio.

La fimosis patológica puede afectar la vida sexual y, en casos severos, no se recomiendan las relaciones sexuales porque podrían producir microtraumatismos en el anillo cicatricial, lo que a su vez podría empeorar la etapa fimosis en sí.

En condiciones normales, el prepucio se retrae fácilmente, permitiendo la exposición del glande y asegurando una higiene adecuada y una función sexual normal. Sin embargo, cuando se produce una contracción del prepucio y este no se retrae completamente se denomina pene con fimosis. No hay datos concretos, pero las estadísticas afirman que entre el 2 y el 4 por ciento de la población masculina ha padecido o se enfrenta a esta discapacidad anatómica.

Fimosis y Parafimosis

Forzar el prepucio a sobrepasar el glande puede generar desgarros en la piel que provocan más cicatrices o, en casos graves, puede provocar parafimosis, una condición que genera el glande «asfixiado».

La parafimosis se produce cuando el prepucio, una vez retraído detrás del glande, no puede regresar a su posición original. Esta situación puede provocar dificultad en la circulación sanguínea en el glande y provocar edemas o posibles complicaciones si no se trata a tiempo.

Causas de fimosis

El diagnóstico de fimosis generalmente implica una evaluación clínica realizada por un profesional, como un médico o un urólogo. Durante el examen físico, el médico examinará cuidadosamente el prepucio, y evaluará su capacidad para retraerse sobre la punta del glande.

El diagnóstico no solo tiene en cuenta la capacidad de retracción del prepucio, sino también la presencia de síntomas de fimosis asociados, como irritación, inflamación o infección recurrente en la zona genital. Es importante destacar que el diagnóstico de fimosis no va necesariamente seguido de una intervención inmediata, por lo que el tratamiento se adaptará a la gravedad de la afección y los síntomas de fimosis presentes.

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La fimosis y sus síntomas

La fimosis puede manifestarse a través de varios síntomas que reflejan la contracción del prepucio y las dificultades asociadas con su retracción. Los síntomas comunes de fimosis incluyen la dificultad o incapacidad para descubrir completamente el glande, lo que provoca malestar y dolor. Las personas con fimosis también pueden experimentar molestias durante las relaciones sexuales y disfunción eréctil.

La fimosis también puede predisponer a irritación de la piel, inflamación o infecciones recurrentes en la zona genital, ya que la dificultad para realizar una limpieza adecuada puede favorecer el crecimiento bacteriano.

Los síntomas de fimosis más comunes, entre otros pueden ser:

  • Dolor en el pene
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Disfunción eréctil
  • Retención urinaria
  • Malestar al orinar
  • Úlceras en la piel
  • Picazón uretral

El diagnóstico de fimosis muchas veces lo realiza el propio paciente que nota el estrechamiento del prepucio; sin embargo, siempre se recomienda acudir a un médico para la evaluación con un examen especializado.

Severidad y etapas de la fimosis

Existen diferentes etapas de la fimosis que se pueden clasificar según la capacidad de retraer el prepucio. En el ámbito médico, se utiliza una escala particular para definir los niveles de gravedad de la fimosis: la escala de Kikiros.

En esta escala se identifican 5 grados para distinguir diferentes tipos de fimosis:

Etapa de fimosis Definición de fimosis
No estrecho Grado 1 Retracción total pero aprieta en la base del pene.
No estrecho Grado 2 Retracción, pero no hasta el glande
Estrecho Grado 3 Fimosis parcial
Estrecho Grado 4 Ligera retracción
Estrecho Grado 5 Sin retracción

Para simplificar la clasificación, existe una tendencia general en el lenguaje común a utilizar solo dos términos: fimosis no estrecha o fimosis estrecha.

Fimosis parcial

La fimosis parcial o no estrecha es la forma menos grave de fimosis y ocurre cuando el prepucio se puede retraer solo parcialmente y hasta cierto punto. En esta condición, el prepucio puede causar molestias o dificultades durante la erección o la limpieza del pene. Generalmente, hablamos de fimosis no estrecha para las dos primeras etapas de fimosis en la escala de Kikiros.

En este caso, se recomienda solucionar la situación lo antes posible para evitar la aparición de parafimosis. Si, por ejemplo, durante las relaciones sexuales el prepucio se deslizara hasta la base del glande, la parte más estrecha del prepucio podría bloquearse justo debajo del glande. Esto impediría que la piel suba adecuadamente y crearía una soga que apriete el pene.

La parafimosis requiere una intervención urgente con el objetivo de evitar que esta situación impida el flujo sanguíneo hasta el glande.

Fimosis patológica

Hablamos de fimosis patológica o estrecha, el caso más grave de fimosis, cuando el prepucio está tan apretado que impide por completo que salga el glande. Esto no permite una recuperación adecuada del pene, crea dificultad para orinar e impide las relaciones sexuales normales.

En presencia de fimosis estrecha, el glande puede quedar parcial o totalmente cubierto por el prepucio, y la discapacidad anatómica resultante es evidente. Esta condición se convierte en un problema que debe abordarse con urgencia y recibiendo la atención adecuada, porque dificulta algunas actividades diarias normales en quien la padece. En la escala de Kikiros, la fimosis estrecha se ubica en las últimas 3 etapas de la fimosis.

Causas y tipos

¿Cuáles son las causas de la fimosis? La fimosis se puede clasificar en varios tipos, relacionados con su origen fisiológico o adquirido.

Fimosis congénita

La fimosis congénita está presente desde el nacimiento, debido a la falta de elasticidad del prepucio y, en la mayoría de los casos, se detecta en la infancia/juventud. Es una afección relativamente común en bebés y niños, que tiende a resolverse por sí sola sin necesidad de intervención médica.

De hecho, al nacer, los bebés varones tienen abundante piel prepucial que oculta el glande; esta abundancia, con el tiempo, se adapta al crecimiento del pene. Los pediatras aconsejan, sin embargo, comprobar si hay adherencias entre la parte interna del prepucio y el glande que impiden su descubrimiento.

En los recién nacidos, también se produce un encogimiento del prepucio: se trata de un encogimiento fisiológico que normalmente se supera con el crecimiento. Sin embargo, en algunos casos, sucede que el prepucio no crece junto con el pene. Esto le sucede aproximadamente al 1% de la población masculina y, a medida que pasan los años, genera una dificultad cada vez mayor para descubrir el glande. En este caso se llama fimosis congénita.

Si la fimosis congénita no es estrecha, es posible que solo se note a una edad temprana, con las primeras erecciones espontáneas o durante la actividad sexual. La contracción del prepucio es tan leve que permite una correcta limpieza del pene, pero, durante la erección, impide que el glande se descubra por completo. Si, por el contrario, se trata de fimosis estrecha, también impide la correcta limpieza del glande y, en promedio, se diagnostica antes de la edad temprana.

Algunos estudios científicos afirman que la fimosis en la infancia está excesivamente diagnosticada, porque el médico no distingue entre la irretracibilidad natural del prepucio en desarrollo y una situación patológica real. Sin embargo, antes de recomendar una cirugía, siempre es recomendable esperar a la confirmación el diagnóstico, ya que esta patología también puede resolverse en la edad adulta sin cirugía.

Fimosis adquirida

La fimosis adquirida ocurre en la edad adulta y es el resultado de la inflamación del prepucio (balanopostitis) causada por un agente microbiano (bacterias y/u hongos).

Sin embargo, la resolución del problema infeccioso mediante terapia médica a menudo da como resultado una contracción residual y una cicatrización del prepucio que, de hecho, se denomina fimosis del pene. Esto puede provocar un engrosamiento de la piel, haciéndola menos elástica y difícil de retraer. En términos aún más simples, esto es lo que sucede:

  • Se produce la inflamación del pene.
  • La inflamación se trata con un tratamiento médico adecuado.
  • El tratamiento es efectivo, pero se ve la formación de una «soga», un círculo de piel más dura en el prepucio.

La «soga» que se forma es el anillo fimótico, un conjunto de células epidérmicas no elásticas. Las cicatrices resultantes de una infección de la herida en el prepucio crean este anillo que, con el tiempo, puede volverse cada vez más rígido, haciendo casi imposible descubrir el glande.

Complicaciones

La fimosis del pene es una discapacidad anatómica y no puede considerarse una enfermedad o patología. Las posibles complicaciones derivadas de esta dolencia son todas aquellas patologías que encuentran un estado ideal para surgir en esta situación.

Por tanto, existe un mayor riesgo de:

  • Balanitis (inflamación o infección del glande)
  • Postitis (inflamación o infección del prepucio)
  • Balanopostitis (inflamación o infección del glande y la membrana interna del prepucio)

La aparición de estas afecciones puede deberse al estancamiento de esmegma y orina en el pene, provocado por la fimosis patológica y la imposibilidad de limpiar adecuadamente la zona. Si no se trata adecuadamente, la degeneración de este tipo de patologías puede provocar calcificaciones dolorosas del prepucio.

Prevención de la fimosis

No existe forma de prevenir la fimosis congénita, pero en otros casos se puede prevenir mediante una adecuada higiene íntima.

De hecho, la prevención de la fimosis patológica suele comenzar con prácticas de higiene adecuadas, especialmente en los primeros años de vida. Un lavado adecuado del pene puede ayudar a mantener la limpieza en la zona genital y puede resultar útil para prevenir problemas relacionados con la fimosis del pene. Además, se debe evitar la manipulación forzada del prepucio, ya que tales acciones pueden provocar traumatismos y cicatrices que podrían contribuir al endurecimiento de la piel.

Un estilo de vida saludable, que incluye una buena higiene y un asesoramiento médico oportuno en caso de síntomas sospechosos de fimosis, puede contribuir significativamente a la prevención de la fimosis. Es importante destacar que, aunque algunas formas de fimosis son normales durante la infancia y tienden a resolverse a medida que el niño crece, la vigilancia y atención de los profesionales médicos son cruciales para identificar y manejar cualquier caso que requiera intervenciones más específicas.

Tratamientos de la fimosis

Los tratamientos para tratar la fimosis dependen de la gravedad de la afección y los síntomas asociados.

Tratamiento de la fimosis en edad temprana

Sobre el tratamiento de la fimosis congénita en la juventud, existen diferentes doctrinas entre los pediatras. En algunos casos se recomiendan ejercicios adecuados que permitan que el prepucio recupere su elasticidad. Sin embargo, estos ejercicios deben realizarse con mucho cuidado y cautela para evitar empeorar la situación. En otros casos, se recomienda una terapia adecuada con ungüentos con esteroides.

El uso de esteroides tópicos a través de ungüentos en la fimosis congénita durante la juventud puede solucionar el caso sin traumatismos. Lo importante es seguir siempre las indicaciones del profesional médico y nunca forzar la situación. Especialmente en el caso de los pacientes más jóvenes, parece existir una idea generalizada entre los médicos de evitar la circuncisión, a menos que sea estrictamente necesaria. Esta suposición también ha sido confirmada por las posiciones adoptadas en la Academia Estadounidense de Pediatría (APA).

Tratamiento de la fimosis en adultos con Phimostop

En la mayoría de los casos, para tratar la fimosis en adultos, los médicos suelen recomendar la circuncisión con anestesia local. Si bien la cirugía es ciertamente una solución definitiva, no se tiene en cuenta las implicaciones psicológicas y humanas que debe afrontar el paciente antes de decidir que le extirpen parte de su pene.

Por este motivo, es importante proponer vías alternativas antes de llegar al tratamiento quirúrgico. Phimostop es el único dispositivo médico diseñado para tratar la fimosis sin cirugía de circuncisión, gracias a 22 tuboides de silicona de grado médico. Estos últimos están diseñados para estirar el anillo fimótico mediante una técnica consolidada de dilatación de la piel cuando esta se somete a una presión progresiva y constante.

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