Fimosis
- Qué es: estrechamiento del prepucio que no deja al descubierto el glande. (Leer)
- Causas: falta de dilatación y crecimiento del prepucio desde el nacimiento (congénita)/consecuencia de la inflamación del prepucio (adquirida). (Leer)
- Gravedad: oclusión completa o parcial (relativa). (Leer)
- Síntomas: incapacidad de descubrir completamente el glande sin que el prepucio se tense. (Leer)
- Complicaciones: riesgo de parafimosis y otras complicaciones incapacitantes del pene. (Leer)
- Consecuencias: higiénicas, sanitarias, sexuales y psicológicas. (Leer)
- Soluciones: pomadas (para la fimosis juvenil), circuncisión o Phimostop.(Leer)
Fimosis: qué es
La fimosis es un estrechamiento del prepucio que impide al hombre descubrir el glande. Esta afección, que puede adquirir diversos niveles de gravedad, dificulta y hace muy doloroso descubrir el glande de forma completa e independiente, no permite al hombre vivir su sexualidad con tranquilidad y puede tener complicaciones desagradables. En los casos de fimosis, si el prepucio se ve forzado a sobrepasar el glande, se pueden producir desgarros en la piel y posteriormente cicatrices, lo que agrava la afección. O incluso puede dar lugar a un caso de parafimosis con el correspondiente «estrangulamiento» del glande. No hay datos definitivos, pero las estadísticas afirman que entre el 2 y el 4 % de la población masculina afronta o ha afrontado esta afección anatómica. Puede haber varias causas; veamos cuáles.
Fimosis: causas
Fimosis Congénita (fimosis infantil y juvenil)
Este tipo de fimosis puede aparecer en la infancia o detectarse a una edad temprana. Empecemos diciendo que desde una edad temprana es importante limpiar el pene correctamente. Al nacer, la mayoría de los bebés varones presentan una piel prepucial abundante que oculta el glande. Esta abundancia, con el tiempo, se adapta al crecimiento del pene. Sin embargo, los pediatras aconsejan comprobar que no existen adherencias persistentes entre la parte interna del prepucio y el glande que impidan su apertura. No obstante, volvamos a la fimosis en los niños/jóvenes. En los recién nacidos, el estrechamiento del prepucio está presente desde los primeros años de vida. Esta contracción es fisiológica y normalmente se supera con a medida que el niño crece. Sin embargo, en algunos casos ocurre que el prepucio no se agrande al mismo ritmo que el pene. Esto le ocurre a aproximadamente el 1 % de la población masculina y, con el paso de los años, hace que sea cada vez más difícil descubrir el glande. En este caso hablamos de fimosis congénita. Si es leve (la oclusión no es completa), solo puede notarse al iniciar la juventud, con las primeras erecciones espontáneas o durante la actividad sexual. El estrechamiento del prepucio es tan leve que permite una limpieza adecuada del pene, pero, durante la erección, impide que se descubra completamente el glande. Sin embargo, si es completa, también se impide la limpieza adecuada del glande y suele diagnosticarse antes de la juventud. Algunos autores médico-científicos afirman que la fimosis en la infancia está sobrediagnosticada porque el médico no distingue entre la no retractabilidad natural del prepucio en la etapa de desarrollo y una situación patológica real. Antes de recomendar una operación, sería aconsejable esperar a confirmar el diagnóstico, ya que actualmente la afección también puede resolverse en la edad adulta sin cirugía.
Fimosis Adquirida (fimosis adulta)
La fimosis adquirida, en cambio, se produce en la edad adulta y es el resultado invalidante de una inflamación del prepucio (balanopostitis) causada por un agente microbiano (bacterias o hongos). Sin embargo, la solución del problema infeccioso mediante terapia médica a menudo produce un estrechamiento y una cicatrización del prepucio que se llama fimosis. En términos aún más simples, esto es lo que sucede: hay una inflamación del pene la inflamación se trata con la terapia médica adecuada el tratamiento surte efecto pero se produce la formación de un «nudo», un círculo de piel más dura en el prepucio El «nudo» que se forma es el anillo fimótico, un conjunto de células epidérmicas inelásticas. La cicatriz resultante de la infección de las heridas en el prepucio crea este anillo, que puede volverse cada vez más rígido con el tiempo, haciendo casi imposible descubrir el glande.
Niveles de gravidad
Grado | Definición | |
---|---|---|
Oclusión parcial | Grado 1 | Retracción total pero aprieta en la base |
Oclusión parcial | Grado 2 | Retracción pero no por debajo del glande |
Oclusión completa | Grado 3 | Retracción parcial |
Oclusión completa | Grado 4 | Leve retracción |
Oclusión completa | Grado 5 | Sin retracción |
En el ámbito médico, se utiliza una escala particular para definir los niveles de gravedad de la fimosis: la escala de Kikiros. En esta escala se identifican cinco grados para distinguir los diferentes niveles patológicos. Para simplificar la clasificación, en el lenguaje común se tiende a utilizar solo dos términos: fimosis completa o fimosis relativa.
Fimosis relativa
La fimosis relativa es la forma menos grave, ya que permite descubrir parcialmente el glande. Por lo tanto, hay un deslizamiento parcial del prepucio. En este caso es aconsejable resolver la situación lo antes posible para evitar la potencial aparición de una parafimosis. De hecho, si, sobre todo durante las relaciones sexuales, el prepucio se desliza hasta la base del glande, la parte más estrecha del prepucio podría quedar bloqueada justo debajo del glande. Esto impediría que la piel subiera correctamente y crearía un nudo de constricción en el pene. La parafimosis requiere una acción urgente para evitar que esta situación impida la salida de la sangre del glande. Se suele hablar de fimosis relativa para los dos primeros grados de la escala de Kikiros.
Fimosis completa
La fimosis completa es el caso más grave y hace imposible descubrir el glande incluso cuando el pene está flácido. Esto no permite una correcta higienización del pene, crea dificultades para orinar e impide mantener relaciones sexuales normales. En este caso, el glande puede quedar parcial o totalmente cubierto por el prepucio (últimos 3 grados en la escala de Kikiros) y la desventaja anatómica resultante es evidente. Esta afección se convierte en un problema que debe abordarse con urgencia y con la atención adecuada, ya que obstaculiza algunas de las actividades diarias normales del hombre.
Síntomas
El diagnóstico de la fimosis es realizado a menudo por el propio paciente, que nota el estrechamiento del prepucio. Dependiendo del grado de fimosis, el estrechamiento puede variar y por lo tanto ser necesaria la observación clínica. Siempre se recomienda consultar a un médico para que evalúe el caso. Los síntomas relacionados (pero no exclusivos) con esta afección pueden ser: dolor en el pene; dolor durante las relaciones sexuales; disfunción eréctil; retención urinaria; disuria; ulceras en la piel; picazón uretral.
Complicaciones
La fimosis es un problema anatómico y no puede ser definido como enfermedad o patología. Las complicaciones derivadas de esta características son, por tanto, todas aquellas patologías que encuentran en la fimosis un estado ideal para aparecer. Por lo tanto, hay un mayor riesgo de balanitis (inflamación o infección del glande), postitis (inflamación o infección del prepucio) y balanopostitis (inflamación o infección del glande y de la membrana interna del prepucio). La aparición de estas enfermedades puede ser debida a la acumulación de esmegma y orina en el pene, causado por la fimosis y por la incapacidad de mantener una higiene adecuada de la zona. Si no se trata adecuadamente, la degeneración de estas enfermedades puede llevar a calcificaciones dolorosas del prepucio.
Consecuencias
Las consecuencias de la fimosis son:
De tipo higiénico, por la dificultad de acceder al glande.
De tipo funcional, ya que hace que cualquier actividad sexual sea dolorosa y, a veces, dificulta la micción.
De tipo psicológico, porque altera la normalidad de las relaciones al requerir el uso de lubricantes.
De tipo sanitario, por la reproducción de daños sujetos a la reinfección y a la formación de nuevas cicatrices y por el riesgo de desarrollar parafimosis («estrangulamiento del glande»).
Soluciones
El tratamiento de la fimosis depende de muchos factores: tipo, edad del hombre, estado de salud.
Tratamiento de la fimosis congénita (niños/jóvenes)
Existen diferentes escuelas de pensamiento entre los pediatras sobre el tratamiento de la fimosis congénita en los niños. En algunos casos, es aconsejable practicar ejercicios adecuados para que el prepucio recupere su elasticidad. Sin embargo, estos ejercicios deben realizarse con mucha precaución y cuidado para evitar que la situación empeore. En otros casos, se recomienda un tratamiento adecuado con pomadas de esteroides. En el caso de la fimosis congénita a una edad temprana, el uso de cremas con esteroides puede conducir a la resolución del caso y evitar cualquier trauma. Lo importante es seguir siempre las indicaciones del médico de confianza, sin forzar nunca la situación. Especialmente en el caso de los pacientes más jóvenes, parece ser común entre los médicos evitar la circuncisión a menos que sea estrictamente necesario. Esta suposición también se ve confirmada por las posiciones adoptadas por la Academia Estadounidense de Pediatría (APA).
Tratamiento de la fimosis adquirida (adultos)
Para el tratamiento de la fimosis adquirida, los médicos suelen recomendar la circuncisión en la mayoría de los casos. La cirugía es, sin duda, una solución definitiva, pero no tiene en cuenta las implicaciones psicológicas y humanas a las que deben enfrentarse los hombres antes de decidir la extirpación de parte de su pene. Por estas razones, es importante proponer vías alternativas antes de recurrir a la cirugía, y Phimostop es una de ellas. Phimostop es el único dispositivo médico validado por el Ministerio de Sanidad italiano para el tratamiento de la fimosis sin recurrir a la circuncisión.